Estuve en Machu Picchu, Perú…
Esa mañana me desperté muy temprano, hacia las 5:30 am. La voz interna “Eres EspÃrituâ€â€¦ la sentà nÃtida y profunda. Soy EspÃritu, como reza UCDM lección 97. – La idea de hoy te identifica con tu únicoSer… –Simplemente declara la verdad –.
Salà de la habitación del hotel que estaba lleno de flores en el Valle Sagrado donde dormimos la noche anterior. Los colores de las flores, el aroma, las montañas, el amanecer me recordaban amorosamente “Eres EspÃritu†y asÃ, partimos rumbo a Machu Picchu.
En el tren, el paisaje circundante era hermoso, con el silencio profundo de sus montañas en su magnificencia silenciosa y en la experiencia de extensión del EspÃritu. No en la forma en sà de las montañas, ni en el paisaje, sino en la esencia interna del silencio profundo y belleza que sentà en el “Instante Presenteâ€.
- Tú eres el EspÃritu en cuya mente mora el milagro en el que el tiempo se detiene– UCDM
En ese mismo instante, la voz resonaba profunda y amorosa: “Eres EspÃrituâ€.
Llegamos en el tren Vista-dome a tomar el bus para subir a Machu Picchu.
Al llegar, me encontré con el silencio profundo e indescriptible de las montañas, valles y rÃos que conforman el entorno. Los turistas, tomando fotos, paseando, mirando. No habÃa mucha gente. Sólo el paisaje sentido en esa expansión de profunda belleza y silencio, más allá de la forma misma.
Resumiendo, para no extenderme, después de un tiempo, le dije a la guÃa particular con la que Ãbamos mi marido y yo: Voy a hacer una meditación, una ofrenda de gratitud; un dar, una especie de “pagamento†como le dicen ustedes y en ese instante ella que estaba en la función de guÃa, se abrió.
Le comenté lo del EspÃritu e hicimos la meditación juntos. Estábamos sentados en lo alto, en un sitio donde se divisaba toda la construcción de Machu Picchu, sus montañas, el entorno, el cielo, el silencio más allá de las formas, el EspÃritu. Al terminar la meditación me dijo: Le voy a mostrar algo, y luego me comentó: nosotros no hablamos de esto con los turistas y allà me contó una historia de sanación con su mamá. Permità que todo fluyera, acordándome de una frase del Curso de Milagros: “No se te dejará de enviar de quien tu necesites ese dÃa para aprenderâ€, sonreà y la seguÃ. La seguimos, Ãbamos mi marido y yo con ella. Mientras llegábamos al sitio, mi marido nos comentó la experiencia que él habÃa tenido mientras meditaba la cual lo habÃa dejado muy sorprendido.
Nos llevó entonces a un lugar en la parte baja de Machu Picchu, lo que parecÃa un recinto cerrado, tenÃa techo y una entrada como de un metro y algo de ancho, por un metro y tanto de alto. Un palo atravesado en la mitad no permitÃa el acceso al sitio, pero desde allà frente al palo se veÃa perfectamente el recinto. Ese lugar que tenÃa techo, terminaba en forma diagonal.
Estando allÃ, observando el interior, Giovanna me dijo: En este lugar se reunÃan los sacerdotes Incas a comunicarse con el EspÃritu. Me quedé en silencio en una profunda meditación de gratitud, tal vez sin palabras que expliquen la experiencia, observando como la mente, crea experiencias…
Cuando le dije que estaba agradeciendo y viendo partÃculas de luz alrededor, ella comenzó a hablar en Quechua. Le pregunté que decÃa y me comentó que una ofrenda de gracias. Le pedà que lo dijera despacio y la repetà junto con ella. Todo se tornó en una energÃa luminosa, amorosa.
“ERES ESPÃRITU†y tú querido lector, estás incluido.
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