Y de pronto las vio. Si, “vio†esas dos imágenes que están en conflicto entre si, comenzando a ser consciente de ellas.
Después de 30 minutos en consulta con Octavio (nombre ficticio) comenzamos a indagar internamente, a profundizar en un proceso de discernimiento, usando la honestidad.
Con los ojos cerrados y observando la primera imagen de si mismo, esa imagen errada, incorrecta, rechazada, esa que querÃa cambiar, mejorar, “vio†la otra paralela, la imagen del futuro aquella que desde el deseo querÃa alcanzar, la imagen mejorada.
Se sorprendió al “verlasâ€. Octavio continuaba con sus ojos cerrados, estaba muy sorprendido. Seguimos en el proceso y la indagación profundizando en la experiencia interna.
Inicialmente las dos imágenes le parecieron muy reales, la mala y la buena. ¿Las ves? le pregunte y me dijo si. ¿De que se alimentan esas dos imágenes? hubo un momento de silencio y me contestó – de conflicto-. Octavio se acababa de dar cuenta de la lucha entre las “imágenesâ€, la una tratando de ser la otra y la otra no dejándose alcanzar… Una rueda constante de lo mismo.
Que sucede si no alimentas las imágenes con lucha, le pregunté. Se quedó observando un momento y luego dijo: son neutras. En ese instante hubo un silencio profundo y le dije: si no atacas ni defiendes las imágenes, ellas dejan de ser amenazantes para ti.
Se sonrió y a su ritmo y manera abrió los ojos para luego comentar un poco la experiencia.